jueves, 9 de mayo de 2019



    Vuelvo a los clásicos. Siempre hay que volver a los clásicos para que nos recuerden la medida de las cosas. Ellos lo dijeron y así es. Platón, Aristóteles.

La justa medida de las cosas. En este manicomio de grillos, que gritan, jalean, vierten todas sus marañas, y dejan tan poco espacio para el silencio, ese lugar dónde se escuchan todas las almas. En el silencio se oyen los corazones de aquellos a quienes más amamos. No hace falta preguntar, lo sabemos, sabemos como se encuentran aquellos que más amamos. Y a veces, aquellos a los que creemos amar, se alejan, un poco, sorprendidos de nuestra distancia, sin comprender que, a veces, sólo a veces, es posible amar a aquellos que creemos que amamos. Pero les escuchamos, incluso a veces me pregunto, si aquel a quién creía amar y toma distancia, y no vuelve, me pregunto si alguna vez, verdaderamente me amó y le amé.


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